Rocio Arbulu
Experta en Cultura y Comunicación Corporativa

5 de enero de 2021

Seguramente, para este 2021, muchas empresas quieren retomar con fuerza sus estrategias de cambio-transformación cultural y una de las metas que se han propuesto es “convertirse en 2.0”, es decir, contar con canales para que sus colaboradores puedan expresarse; y es que ya es sabido que el buzón/email de sugerencias NO FUNCIONA, pues estos mensajes se quedan para siempre olvidados ahí, sin tener nadie que responda.

Además, está de moda el querer conectar con nuestros colaboradores a través de herramientas más ágiles e innovadoras, eso está perfecto, pero recordemos que son personas las que manejan estas herramientas y depende de ellas que funcionen o no.

“Si hice todo según el manual, ¿por qué en mi empresa, y no en tal o cual, falló la red colaborativa que compré? Invertí miles de dólares, hice una linda campaña y hasta creé un perfil para mi líder, pero nada de nada”.

Me han preguntado esto varias veces y la respuesta es que sencillamente falló porque muy en el fondo no se creía en la verdadera utilidad de la red, no hubo una entrega completa ni la valentía suficiente para afrontar que te digan en la cara (o en la red) algo que pueda resultar incómodo. Porque hasta ahora, aunque parezca increíble, existen líderes que piensan: “si no me entero, no está pasando o, en todo caso, se les pasará más rápido”. 

Para que una red colaborativa funcione hay varios puntos que debemos tomar en cuenta más allá de lo técnico.

Aquí algunas preguntas que puedes hacerte para empezar:

  • ¿Entienden mis principales líderes la importancia de tener la red? (No digo que la amen, solo que la entiendan y estén dispuestos a participar de alguna manera).
  •  Estas redes nos colocan en igualdad de condiciones, en el internet todos somos iguales, ¿Esto es coherente con la cultura que está buscando mi organización? ¿Queremos ser o somos una empresa horizontal?
  • ¿Qué haré con el feedback y la información que obtenga de mis contenidos? ¿Estoy dispuesto/a trabajar colaborativamente y a no ‘picarme’ si critican públicamente algo de mi chamba?
  • ¿Vamos a responder a las preguntas que surjan en los posts o comunidades, o las dejaremos ahí por siempre como pasaba con el buzón de sugerencias?
  • Si estoy en Recursos Humanos o Comunicaciones, ¿estoy dispuesto a realizar un ‘trabajo de hormiguita’ para evangelizar a mis colaboradores sobre los beneficios de la red? (Una herramienta de este tipo no puede ni debe ser manejada íntegramente por el departamento de CI, es propiedad de todos, aunque nosotros la supervisemos).
  • ¿El estilo de la comunicación interna de mi empresa- imagen, tono, etc. – es congruente con este tipo de herramientas? ¿O sigo teniendo una imagen plana, lenguaje anticuado y larguísimas frases para decirlo todo?

 2 reflexiones que pueden ayudarte a perder algunos temores:

  1. No te preocupes tanto en que se generen conflictos con algunos colaboradores, ya sea en público y por la red, recuerda que en redes internas de este tipo todos aparecemos con nombre y apellido, por lo que todos tenemos una reputación digital que cuidar.
  2. No se trata de censurar temas a tratarse en la red, pero sí debemos ser cuidadosos y dejar claro que en este canal también actuamos según el reglamento de conducta de la empresa.

Los millennials, y hasta los cuarentones como yo, queremos hablar no solo para pedir más beneficios o quejarnos de algo. Lo que de verdad nos interesa es ofrecer nuestras ideas innovadoras, sentir que aportamos, dar a conocer esas inquietudes que posiblemente se resuelvan fácilmente pero que no sabemos a dónde dirigir.

La gente va a hablar en tu cara o en el pasillo, creo es mejor saber lo que están diciendo para hacer algo al respecto. Ahora, si no harás nada con lo que te dicen, mejor sigue en la era de la comunicación de una sola vía, evita desilusionar a tus colaboradores con falsas promesas de escucha activa.

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