Enrique Neyra
CEO & founder @ Dench | Strategy | Transformation | Innovation

28 de abril de 2021

Si hablamos de programación, un algoritmo es una secuencia de pasos lógicos que permiten solucionar un problema ¿Cómo sería con la innovación? Aquí te comparto 5 grandes requerimientos para incorporar lo que yo llamo el Algoritmo de Innovación en tu organización.

Hoy en las empresas existe un reto que aparenta ser un logro desbloqueado cuando en realidad es mucho menos que ello, tal vez, solo un leve acercamiento o intento de crear una compañía innovadora ¿Por qué lo digo? Observamos el mercado y encontramos que no se trabaja la innovación como lo que realmente es, como un sistema articulado, como un algoritmo de programación, el cual se nutre de data, métricas, habilidades, herramientas, plataformas, incentivos, roles y principios que convierten a la empresa en una máquina de innovación supercargada, todo terreno y ganadora.

El no trabajar la innovación como sistema en una organización provoca que exista una mayoría de directivos que no entienden el ROI de la innovación y/o no lo miden como se debería, y por ende no se encuentren satisfechos con el mismo. Ello hace que luego no sorprenda su disgusto o poca tolerancia con los esfuerzos y resultados comerciales.

Pero, pensemos juntos, qué sucedería si yo les digo que tenemos la aspiración de desarrollar el auto más rápido del mercado… ¿podríamos hacerlo con un motor sin pistones o inyectores? Pues obviamente no, el motor podría ser muy tecnológico y visualmente imponente, pero si falta alguna de estas partes, sería inservible. Lo mismo pasa con la innovación.

No importa si algún área o departamento trabaja y logra generar ideas atrevidas, locas, nuevas, emocionantes…y no tienen presupuesto para prototipar y testear sus ideas, o , como sucede en la gran mayoría de los casos, ni si quiera lleguen a esas ideas debido a la falta de una cultura que les enseñe o incentive a pensar como innovadores.

Entonces, ¿Cómo deberíamos gestionar la innovación en la empresa?

“La capacidad de innovar constituye un recurso más de la empresa, al igual que sus capacidades financieras, comerciales y productivas, y debe ser gestionada de una manera rigurosa y eficiente”. (Pavón & Hidalgo)

La clave es tener el enfoque de Sistema de Innovación, un sistema que logra, por ejemplo, la precisión de recomendación de Netflix hacia sus usuarios, la potencia eléctrica de Tesla Motors o la rápida distribución global de Alibaba. Entonces, si vas a tomar la innovación en serio, tendrás que actualizar las habilidades de innovación de toda tu organización, ponerte de acuerdo en lo que cuenta como innovación, establecer métricas de innovación, responsabilizar a los líderes por la innovación y rediseñar sus procesos de gestión (y medición de su performance).

Sólo así se logrará que se fomente la innovación en todas partes de la organización. Así lo plantea y comparte Nancy Tennant, ex VP de Innovación de la Corporación Whirpool, con más de 77 mil empleados en todo el mundo, de quien tomaré 5 grandes consejos que debes comenzar a aplicar desde ya.

1.    Enseña a los colaboradores a pensar como innovadores

Tennant afirma que todo programa de innovación debe comenzar por ayudar a todas las personas de la organización a ver el mundo con “ojos renovados” y que gran parte de los directivos y ejecutivos aún creen que la creatividad es una cualidad innata con la que se nace y que no se puede desarrollar. Falso, no hay “predestinación creativa”.

Con esto de creer que solo algunos son los ‘tocados’ por el ‘don creativo’, las empresas no invierten sistemáticamente en promover habilidades de innovación en los colaboradores, postura totalmente errada, en lugar de ello se debe enseñar a los colaboradores a desafiar el status (“un innovador debe distinguir las ‘leyes inmutables’ de las ‘creencias arraigadas’), además debe aprovechar las tendencias poco apreciadas con una capacidad de observación, que le permita estar siguiendo las tendencias que sus competidores aún no han notado, y luego encontrar formas de usarlas para mejorar los modelos de negocio tradicionales.

Esa misma observación les debe servir para abordar las necesidades que los clientes no expresan, como plantea Tennant, reflexionemos en ¿Dónde estamos creando frustraciones innecesarias? ¿Dónde estamos perdiendo el tiempo de nuestros clientes? ¿Dónde estamos haciendo las cosas demasiado complejas? ¿Dónde tratamos a los clientes como números en lugar de personas?

2.    Ten una definición clara y general de innovación

Cada empresa debe tener un concepto claro de lo que es y lo que no es innovación para establecerse objetivos, destinar recursos, hacer publicidad, etc., y puede que sea complejo hacerlo, porque claro, diferenciar un cambio o mejora de producto con la creación de otro completamente fuera de serie es fácil, pero la idea es definir y separar la paja del trigo en esa escala intermedia. ¿Cómo hacerlo? Pues con la data que haya generado la empresa hasta el momento.

Haz un recuento e identifica qué tipo de ideas produjeron grandes márgenes de utilidad, eso te dará una ruta para medir lo que es y no es innovación en tu empresa, por ejemplo, en Whirpool, una innovación es ‘única y atractiva para el consumidor, crea una ventaja competitiva, te pone en ruta a producir más innovaciones y proporcionar a los consumidores más valor que cualquier otra cosa en el mercado’.

3.  Mide la innovación

A menudo, las empresas miden todo lo que tiene un impacto en los EEFF, pero son muy tímidos al medir la innovación: no miden el liderazgo innovador, ni las competencias innovadoras y ni la eficacia de la innovación….y como bien sabrán, lo que no se mide no cambia.

4. Promueve líderes que sean gestores de la innovación

Dejemos algo claro en este punto: la innovación es responsabilidad de todos los líderes en todos los niveles, y aquellos que valoran la innovación necesitan apuntar con sus dedos no a los demás sino a sí mismos. Pero claro, no tendrá sentido responsabilizar a los líderes, cuando la organización no los ha entrenado para fomentar la innovación en sus equipos. Entonces ¿Qué deben aprender nuestros líderes?

  • Tener las herramientas digitales y presenciales necesarias para la innovación
  • Abandonar el juicio de ideas. Todo suma.
  • Escuchar y dar voz a aquellas ideas que van en contracorriente.
  • Hablar de los fracasos como lo harían de los éxitos
  • Hacer visible la contratación y promoción de la creatividad.
  • Gestionar tan bien la innovación como el negocio en sí.

Un claro ejemplo de ello es cómo la presencia de Steve Jobs afectó directamente proporcional el rendimiento de Apple de 1980 a 1985, etapa en la que participó personalmente en la innovación y ayudó a la empresa a alcanzar una prima de innovación del 37%. Luego de ello se ausentó hasta el 98 y la prima de innovación de Apple se desplomó a un promedio de alrededor del 30%, Jobs tuvo que regresar y le costó volver a reactivar ese motor de innovación, no obstante, en el periodo 2005 a 2009 la prima de innovación de Apple subió al 52%, y lo demás es historia conocida.

5. Ten procesos de gestión que fomenten y premien la innovación

Pregúntate qué ocurriría si todo lo planteado se pone en práctica, pero los equipos se topan con un presupuesto que no es acorde al proyecto o si un proceso de desarrollo de producto rebota y rebota productos por tener un alto temor al riesgo de nuevos lanzamientos, o si no existe un sistema financiero que haga seguimiento de la inversión de innovación. Según Tennant, ‘no importa cuán loables sean las prácticas de innovación de una empresa, si todo su modelo de gestión no se ha ajustado a la innovación, poco de ella llegará a los resultados finales’.

¡Ponte las pilas!

Hoy hemos hablado de innovación con el caso de Whirpool, un caso que data de hace 10 años, así que pónganse las pilas pues ya hay muchas empresas que comenzaron a entrarle fuerte a la innovación hace años, y otras como 3M ya lo iniciaron hace 20, así que, si desean que sus empresas sean innovadoras, ustedes mismos, los directivos, deben comenzar a ser innovadores, ( ¡y por exhibir comportamientos propios de la innovación!) y no delegárselo a RRHH o a un laboratorio de innovación.

Ambos pueden lograr grandes avances pero no serán suficientes, y sin apoyo, lo logrado se diluirá. La innovación comienza arriba pero luego debe crecer orgánicamente desde abajo. No en vano se dice que la innovación es un deporte en equipo, y sí que lo es.   

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